El centro educativo. Un lugar de encuentro
El centro educativo: Un lugar de encuentro
Introducción
La última ley aprobada en España, la LOCE, establece que los alumnos tienen derecho a recibir una formación integral y para ello, los padres deben conocer y apoyar la evolución de su proceso educativo junto con los profesores. Generalmente, podemos encontrar en las leyes la necesidad de trabajar juntos los que estamos implicados en la educación de los alumnos, hijos e hijas. Pero la mayoría de las veces ponernos de acuerdo no es una tarea fácil.
Hay muchos profesionales que están acostumbrados a trabajar de manera individual y en solitario cuando debería ser todo lo contrario y ser algo colectivo. Esto no es nada fácil, pero si es necesario si se quiere trabajar de una manera eficaz.
En muchas ocasiones cuando el alumno cambia de curso a otro, experimentan cambios muy significativos que pueden producir incluso estancamientos o retrocesos en el aprendizaje del alumno. Hay veces que el alumno incluso en el mismo curos debe cambiar la forma de trabajar. Si ya es complicada la relación de trabajos de los docentes entre sí, y la familia, mucho más lo es, cuando instamos a trabajar juntos docentes y familias. Cómo dice José Luis San Fabián: "El derecho de los padres a exigir una enseñanza de calidad, se completa con el deber de no despreocuparse de la misma."
Con frecuencia se trata en muchas ocasiones de conciliar dos formas muy distintas de contemplar la educación. Pero sabemos que el fracaso escolar muchas veces viene dado por el distanciamiento que hay entre el centro educativo y la familia.
En cualquier caso estamos condenados a entendernos si queremos ser eficaces en nuestro trabajo.
Las familias en la institución educativa
Según algunos sistemas educativos de diferentes países, nos vamos a encontrar con diferentes modos de regular la intervención entre familias y escuela. En algunos casos, apenas se recogen procedimientos de participación, en otros como es el caso de España, se ha establecido con toda suerte de detalles el modo de intervenir en consejos escolares, sistemas de elección de sus representantes, etc y sin embargo hay muchas personas que dicen que en España las familias participan poco en la escuela y que son necesarios programas para mejorar esta relación familia-escuela.
Como opinión ante esto, cuanto menos criterios compartidos de familias y docentes en relación con la educación, más probabilidades hay de que sigan los procesos de enseñanza/aprendizaje con un menor rendimiento.
En las instituciones educativas intervienen personas con una procedencia muy dispar, como los docentes, alumnado, familias, profesionales para el asesoramiento externo... y cada cual tiene sus propios intereses que en la mayoría de los casos no coinciden.
¿Qué pueden hacer los padres para mejorar la relación que mantienen con la escuela?
- Realizar entrevistas con los docentes.
- Utilizar correos electrónicos para pasarse información.
- Realizar un seguimiento de los objetivos que deben alcanzar los niños.
- Interesarse por el trabajo de sus hijos.
Y desde las instituciones educativas, ¿qué se puede hacer?
- Evitar una estructura demasiado compleja.
- Facilitar la organización del alumnado.
- Diseñar programas por parte del equipo directivo.
- Intentar siempre el debate y el acuerdo.
- Cuidar la imagen del centro.
Las familias y docentes coinciden necesariamente en un punto y es cuando ambos piensan en el alumno y la alumna y los ponen en primer lugar de las prioridades de esos debates.
Influir en la comunidad para que sea educadora
La escuela es un lugar de encuentro pero sus actividades deben estar relacionadas con la vida de la comunidad en la que se ubica.
Los docentes no estamos solos, y nuestro trabajo está sujeto a influencias externas muy poderosas, lo queramos o no. Entonces, ¿por qué no influir en la sociedad desde nuestra posición de docentes?, ¿por qué no intentar crear el clima favorable para que aquellos aprendizajes no se pierdan al salir de ella?. Podemos intentar influir en el entorno donde vive el alumnado, para hacerlo más sensible a la importancia de la educación, de manera que se transforme en una sociedad que eduque en consonancia con la tarea que se desarrolla en las instituciones educativas.
Podemos abordar la relación de la escuela con la comunidad, procurando ejercer una acción educadora sobre la misma, interviniendo en los siguientes tres niveles:
- En primer lugar, podemos diseñar las actuaciones que son habituales en las instituciones educativas, que consisten en programar visitas al entorno próximo al centro.
- Cuando tengamos una presencia conocida como institución, podemos proponer a los demás la coordinación de todos los esfuerzos desde cada una de las instituciones, para contribuir a la enseñanza del alumnado.
- Finalmente, si existe ya un entramado social que comienza a comprender la importancia de aunar esfuerzos y así procurar una mejor calidad educativa es cuando se dispone de las bases para plantearse una acción más importante.
Este nivel de intervención corresponde liderar a las autoridades municipales. Independientemente del grupo político que gobierne en cada momento. Para ello es preciso incidir en los programas relacionados con:
- El urbanismo: procurando tener espacios amplios en las calles y plazas, para compartir juegos y momentos de ocio.
- La organización de tráficos: de manera que los niños puedan recorrer rutas por la ciudad solos.
- Programas de colaboración entre la tercera edad, jóvenes y los niños y niñas.
- Programas de colaboración de instituciones públicas y privadas dedicadas a la enseñanza de actividades artísticas.
- Programas de ocio para los jóvenes con la calidad suficiente para que suponga una alternativa y el ocio no se transforme sólo en un negocio.
El compromiso necesario
Docentes y familias deben colaborar principalmente en el desarrollo personal del alumnado. Para ello deben trabajar la educación en valores y los principios que fomentan el ejercicio de la ciudadanía en una democracia con un sentido crítico y un pensamiento global. Además de aportar estos conocimientos, les podemos ayudar con nuestro propio ejemplo. Finalmente, tienen la oportunidad de aprender a través de modelos, que son aportaciones colectivas que ya no dependen de aportaciones individuales, sino de formas de comportamiento en la comunidad asumidas por el conjunto de sus miembros.
Debemos procurar la experiencia para así facilitar el desarrollo del sentido de la ciudadanía, para ello deberíamos contar con instituciones educativas que diseñan habitualmente programas para que el alumno colabore. Todas estas actividades de colaboración deberían ser fomentadas, programadas y evaluadas, desde las instituciones educativas, ya que tienen un alto valor educativo y contribuyen a la consecución de los objetivos.
Este compromiso de la escuela con el medio que le rodea, irá conformando un modelo de participación y desarrollo de la ciudadanía con una base sólida de educación en valores.
Las escuelas serán unas instituciones enraizadas en la sociedad. Finalmente, conviene reflexionar sobre el compromiso que asumimos como docentes. Si los docentes y familias queremos ser referentes valiosos en la educación de valores, deberíamos comenzar asumiendo actitudes que veamos como deseables para que las adquieran nuestros niños. Para ello debemos:
- Procurar elevar nuestra opinión a través de medios de comunicación.
- Participar en los programas destinados a facilitar la asunción de valores por parte de la ciudadanía que se desarrollan desde la municipalidad de cada localidad.
- Ayudar en el entorno familiar, utilizando diferentes tecnologías de la comunicación.
- Que las organizaciones profesionales reivindicaran un impulso en el desarrollo de nuestra profesión.
En el futuro de nuestras instituciones educativas, depende de que se cumpla un amplio acuerdo, un compromiso compartido entre todos los que estamos comprometidos en ella.
Si somos capaces de complementarnos en las aportaciones que cada cual hace a la tarea propuesta, será más fácil que lleguemos acompañados antes que solos.
SAN FABIÁN, Jose Luis. Cuadernos de Pedagogía Nº 224. 1994