Proyecto de Investigación
Introducción
El presente trabajo pretende elaborar un estudio sobre la perspectiva que tiene la sociedad acerca de la violencia en las aulas de Educación Primaria y proponer unas medidas de intervención que ayuden a disminuir la incidencia de dicha violencia.
Para ello se ha partido de la realización de un proyecto de investigación en dicho campo donde se ha confeccionado un estudio a través de una encuesta con la meta de obtener una idea previa de la opinión social sobre la existencia y la gravedad de la violencia escolar. Con este estudio se han perseguido unos objetivos centrados en examinar la evolución de la violencia en los entornos escolares, conocer los factores que pueden incrementar la violencia en los niños, investigar los medios existentes de los que dispone la escuela para solventar este tipo de situaciones y averiguar la idea que tiene la sociedad con respecto a la violencia escolar.
Tras la realización del proyecto de investigación se ha procedido a examinar los resultados obtenidos y, a partir de estos, se ha diseñado un programa de intervención para fomentar la resolución de conflictos y disminuir la incidencia de la violencia en las aulas. Este programa está centrado en ofrecer una formación a toda la comunidad educativa enfocada a mejorar la convivencia en la escuela con el fin de afrontar la violencia escolar de una forma más efectiva. En concreto, se han creado diversas estrategias encaminadas a la formación de los padres, madres, tutores y/o familias de los alumnos para hacerles partícipes en el propósito de mejorar la convivencia escolar, en el desarrollo de actitudes que favorezcan conductas positivas y la resolución pacífica de los conflictos en el alumnado y en ofrecer herramientas y estrategias al profesorado que ayuden en la gestión de los conflictos en el aula.
Para concluir, el documento incluye una serie de anexos donde se puede consultar el cuestionario realizado en el proyecto de investigación y diversa información sobre las estrategias planteadas en el proyecto de intervención.
Marco teórico
En este apartado se van a determinar diferentes aspectos en relación a la violencia en los entornos relativos a la escuela, así como factores que incrementan las conductas conflictivas y violentas. Para iniciar este estudio se parte de una identificación inicial del término "violencia" para, a partir de este, delimitar su presencia en el entorno escolar, sus características, los casos especiales de esta -como puede ser el bullying-, y reflejar su incidencia en los últimos años.
El término violencia se refiere a una conducta que da por hecho la utilización de medios represivos o coercitivos con objetivos enfocados a satisfacer las necesidades personales a la vez que se produce un daño a otras personas. Según algunos autores, como es el caso de Sanmartín, existe una distinción entre violencia y agresión: la agresión supone la existencia de una conducta que se guía por los instintos de la persona, mientras que la violencia implica una interacción entre la biología del individuo y el entorno cultural (Sanmartín, 2004). Aunque se ha observado que ambos términos se utilizan indistintamente para referirse al comportamiento agresivo.
La clasificación más comúnmente aceptada sobre los diferentes tipos de conductas violentas distingue entre una dimensión comportamental, es decir, una violencia hostil directa enfocada a hacer daño, y una dimensión intencional, una violencia que se usa como instrumento con el cual obtener unos objetivos o satisfacer unos intereses. Según Anderson y Bushman (2002), la "violencia hostil" se refiere a los comportamientos impulsivos (no planificados y llenos de ira), donde el objetivo principal es el causar daño en sí mismo y suelen ser producidos por una reacción a un hecho que el agresor ha percibido como provocación, sea o no cierta esta valoración de la situación. Por otro lado, estos autores definen la "violencia instrumental" como un medio que se usa de forma intencionada para logran la consecución de los objetivos o propósitos del agresor, donde puede o no existir una provocación previa.
Todos estos comportamientos violentos pueden ser explicados a través de teorías psicológicas que tratan de encontrar y analizar el origen de la violencia. Dichas teorías se agrupan en torno a dos corrientes: las teorías activas o innatistas y las teorías reactivas o ambientales.
Las primeras consideran que el comportamiento agresivo es innato a la persona y, por tanto tiene una función positiva. Defienden además que la educación debe de proporcionar unos medios con los que canalizar la agresión hacia conductas que socialmente se consideren aceptables. Dentro de este grupo se encuentran las teorías genética, psicoanalítica, etológica o de la señal-activación, por poner algunos ejemplos.
Por otro lado, las teorías reactivas o ambientales le dan mayor importancia al papel que tiene el medio ambiente y los procesos de aprendizaje en el desarrollo de conductas violentas. Las teorías del aprendizaje social, de la interacción social y ecológica serían ejemplos de teorías ambientales (Ramos, 2008).
La mayoría de los científicos que han estudiado el tema, y sobre todo los seguidores de la corriente de la etología, observan la agresividad humana a partir de la comparación con los comportamientos observados en los animales. Sin embargo, la violencia ejercida por los humanos puede llegar a ser mortal, caso que rara vez ocurre en el mundo animal. Asímismo, Freeman (1977) considera que la destructividad y la crueldad del ser humano son características que lo diferencian del resto de animales, por tanto, para llevar a cabo un estudio de la violencia del ser humano es necesario tener en cuenta el carácter social de este. A partir de esta reflexión surge la idea de enfocar la agresividad desde la perspectiva del aprendizaje social, o sea, de cómo los agresores aprenden y conservan los patrones de comportamiento agresivos y, a su vez, del uso de la agresión aprendida como medio con el cual obtener unos fines concretos. Según el conductismo, dichas conductas se adquieren a través del reforzamiento positivo que reciben las acciones agresivas. De aquí también surge la idea de que un niño que es víctima de cierto tipo de violencia la podría reproducir cuando sea adulto, como conducta adquirida a partir de un modelo agresivo.
En el caso de fijar la atención en las conductas violentas en el entorno escolar, se observa que tienen las características antes mencionadas del comportamiento violento, pero con la peculiaridad de que, en esta ocasión, los causantes de dichos comportamientos son niños, y el entorno donde se produce es la escuela y otros ambientes directamente relacionados con esta. Estos contextos tienen una característica muy importante: son lugares donde los niños permanecen juntos muchas horas al día a lo largo de un periodo de tiempo de varios años.
Por otro lado, los alumnos violentos pueden identificarse como aquellos cuyo comportamiento se basa en no acatar las normas escolares y sociales del entorno escolar, ya sea en el aula o en el centro en general, y al hacerlo producen conductas negativas para los demás alumnos, como pueden ser agresiones manifiestas, reactivas o proactivas y que tienen su origen en diferentes razones, por ejemplo, conseguir o mantener, a través de la violencia, un estatus social elevado, o lograr la dominación de los compañeros de aula. Por otro lado también se pueden observar comportamientos que se enfocan a desafiar a la autoridad y oponerse a los controles sociales existentes y que se consideran injustos o simplemente experimentar conductas de riesgo, aunque esto suele ser más típico en la adolescencia y la pre-adolescencia (Fagan y Wilkinson, 1998).
A partir de esta información, Estevez (2005) propone realizar una clasificación de los diversos factores que pueden incrementar la violencia y el acoso escolar en edades tempranas. Estos factores se pueden diferenciar entre individuales, familiares, sociales y escolares, que van a ser detallados en los siguientes párrafos.
En primer lugar, los factores individuales que se relacionan con una mala conducta o conducta agresiva en la edad escolar pueden incluir elementos biológicos y también psicológicos, es decir, hacen referencia a la genética que es transmitida de los padres a los hijos. Otros factores individuales que también pueden afectar a la agresividad son la impulsividad, la carencia de empatía, ser irritable, tener mal humor y pensar que la violencia puede ser positiva ya que, a través de ella se puede obtener lo que uno necesita.
Además de los anteriormente mencionados, se pueden incluir dentro de los factores individuales factores como la autoestima y la depresión. Por un lado, la relación entre conducta agresiva y autoestima es un poco contradictoria. Algunos estudios, como el de Gifford-Smith y Brownell, (2003), señalan que hay niños agresivos con una autoestima baja, pero también afirman que hay agresores que se valoran muy positivamente y tienen un buen nivel de autoestima. Esto encuentra su explicación cuando los niños conflictivos pertenecen a un grupo en el que son los líderes, lo que suele producir que tengan mejor autoestima. Por otro lado, con respecto a la relación entre depresión y violencia, Carlson y Corcoran (2001) indican que tanto los agresores como las víctimas presentan problemas psicológicos y problemas en la relación con sus compañeros. De igual manera se destaca que casi todos los agresores muestran problemas emocionales.
En segundo lugar, los factores familiares son una de las fuentes que más influye en el desarrollo y aprendizaje de los niños, pero también son unos de los factores más característicos de la agresividad. Si dentro de la familia hay un clima positivo, esto hará que la conducta y las emociones presentadas por el niño sean adecuadas. Si por el contrario el clima es negativo, esto va a constituir uno de los factores de riesgo para la agresividad en niños y adolescentes. Otro factor familiar que ocasiona conductas agresivas en edades escolares es el nivel sociocultural de la familia, ya que si es bajo puede provocar problemas en el clima familiar.
En tercer lugar se encuentran los factores escolares. Las características, cultura, valores, etc. de los centros de enseñanza pueden incrementar la agresividad en la escuela. Autores como Rodríguez (2004) describen algunas escuelas como "fábricas" de violencia debido a una serie de motivos como desmotivación, desigualdad entre profesores y alumnos y existencia de dobles mensajes en el aula. En estos casos se puede considerar el que los niños aprendan a convivir como un factor de prevención de la violencia escolar. Otros condicionantes que se pueden considerar protectores son el realizar actividades competitivas entre alumnos, así como situaciones que eviten el aislamiento y el rechazo social y favorezcan el aprendizaje cooperativo. En concreto, con este último, los alumnos interactúan con sus compañeros y esto hace que puedan conocer lo que piensan sus compañeros, e intenten respetar el pensamiento de sus iguales.
En último lugar hay que destacar los factores sociales, los cuales, pese a estar situados en última posición, pueden considerarse los más influyentes en la actualidad. Dentro de este apartado se destaca la existencia de tres factores de naturaleza social que producen conductas agresivas en la etapa escolar: la influencia de medios de comunicación, como la televisión; recursos comunitarios, como servicios sociales; y las creencias y valores culturales en el entorno social. Hoy en día sería importante mencionar un cuarto elemento que se deriva de los medios de comunicación convencionales, las redes sociales (como Facebook), YouTube o WhatsApp, que en la actualidad tiene un peso tremendamente importante en el fomento de valores y relaciones sociales.
En lo referente a las características que se suelen presentar con frecuencia en los niños con comportamientos violentos, un estudio de Pelegrín y De Los Fayos del 2015, ha llegado a la conclusión de que existen diferentes variables que pueden afectar a la conducta agresiva de un niño. Por un lado, los niños que están más inadaptados escolarmente y poseen bajos niveles de autocontrol en las relaciones sociales, se caracterizan por ser aquellos con una mayor probabilidad de desarrollar conductas antisociales, lo cual pueden desembocar, a su vez, en conductas agresivas y violentas. Esta inadaptación escolar puede causar que el niño manifieste comportamientos disruptivos en el aula, actitudes que no sean favorables al aprendizaje y otro tipo de conductas no deseadas frente a los profesores, a sus compañeros y a la propia institución educativa. Los problemas escolares que pueden afectar al niño, como las malas calificaciones, el bajo rendimiento escolar, el hecho de no poder promocionar al curso siguiente, ser expulsado del centro o tener dificultades de aprendizaje, están relacionados con una conducta disruptiva y agresiva en el aula.
Por otro lado, un nivel bajo de autocontrol e inhibición de sus actos pueden causar que el niño responda de una forma impulsiva e incluso agresiva ante un determinado conflicto. La impulsividad es uno de los factores más importantes relacionados con la agresión entre los niños cuyas edades abarcan de 8 a 10 años. Además, se consideran un factor importante en el diagnóstico de problemas de personalidad y adaptación social (Pelegrín y De Los Fayos, 2015). Todo esto lleva a la conclusión de que los niños que son impulsivos también suelen mostrarse agresivos en ciertas situaciones, e incluso puedan ser propensos a algunas formas de violencia o de conductas delictivas en edades adultas.
Por último, en lo referente a estas posibles conductas delictivas, los niños pueden desarrollarlas cuando se encuentran en una situación de inadaptación social y tengan unos comportamientos poco considerados para con sus iguales. Los niños que respondan a este perfil se caracterizan por desarrollar comportamientos como faltas de respeto, rebeldía hacia la autoridad y las normas, enfrentamientos contra otros alumnos y profesores, desconfianza y aislamiento.
La existencia de problemas y conflictos que suelen surgir en la escuela, son hechos que la mayoría de las veces no se producen de manera general ni afectan a todos los alumnos del centro educativo de forma directa, aunque siempre acaban perturbando el clima en las aulas. Cuando se habla de estos problemas, en ocasiones no se trata solamente de conflictividad inespecífica (Ortega y del Rey, 2003), sino de formas crueles de hostigamiento, intimidación y maltrato que, a veces, si se intentan paliar, puede dar como resultado un incremento en su gravedad.
Como se ha comentado previamente, la psicología afirma que la agresividad y las conductas derivadas de ella son formas comunes de expresión del patrón agresivo. La violencia es una forma de conflicto que lleva a que una o más personas se enfrenten y se comporten de una manera prepotente y abusiva hacia su contrincante. Por lo tanto, es necesario construir una convivencia para prevenir situaciones violentas en las aulas a través de un proyecto integrado dentro de la comunidad educativa.
En los últimos años se ha intentado erradicar el maltrato y abuso escolar en centros educativos, pero se debe reconocer que poner en práctica modelos teóricos para la prevención del acoso escolar es extremadamente complicado y complejo. Aun así, es interesante mencionar la existencia de iniciativas que han intentado poner en práctica proyectos enfocados a este fin, como es el caso de los proyectos SAVE (Sevilla Anti-Violencia Escolar) y ANDAVE (Andalucía Anti-Violencia Escolar) (Ortega y otros, 1997), por nombrar algunos ejemplos.
Dentro de estos proyectos de intervención contra la violencia escolar se proponen una serie pautas a seguir y algunos aspectos a tener en consideración en el entorno escolar. Por un lado se debe recalcar la importancia de intentar crear un ambiente de convivencia lo más adecuado posible, y el equipo docente tendrá un papel fundamental en dicha labor. Para asegurase de que exista esta convivencia es necesario diagnosticar los problemas, el diseño de las actividades, y asegurar la competencia de los profesores en estas tareas. Las actividades que se lleven a cabo dentro del aula deben ser programadas previamente y estar adecuadas a las necesidades del momento, tanto a nivel de aula como de centro. A su vez, es extremadamente importante la evaluación, ya que va a mostrar si el proyecto que se está llevando a cabo es realmente efectivo contra los problemas que afectan al centro, o en caso contrario poder llevar a cabo las modificaciones que se consideren oportunas. En todos estos aspectos hay que tener en cuenta que es preciso proporcionar una atención individualizada a aquellos alumnos que corren más riesgo de sufrir acoso escolar. Para ello se propone crear estrategias individuales de intervención con las víctimas y agresores. Es importante recalcar este último apartado, pues según Ortega y Del Rey (2003), diversos estudios muestran que en los centros escolares entre un 2% y un 10% de los niños pueden verse afectados por el acoso escolar, ya sea en el rol de víctima o de agresor.
La UNESCO en 2011 propuso una guía de actuación contra la violencia en las aulas titulada "Poner fin a la violencia en la escuela: Guía para los docentes", a partir de la cual se pueden obtener diversos mecanismos que susceptibles de ser usados para lidiar con las situaciones violentas que posiblemente surjan en las aulas. Es necesario tener en cuenta que estos mecanismos no van a desembocar en la total desaparición de los conflictos y las situaciones de conflictivas, pero van a dificultar la aparición de conductas disruptivas y van a ayudar a prevenir la violencia en la escuela. Aunque no se hable de una total desaparición de dichos comportamientos, estos mecanismos son de utilidad, ya que van a fomentar la formación de una cultura escolar no violenta, permitiendo de esta manera disminuir la incidencia de hábitos conductuales no deseadas. Por lo tanto, este tipo de herramientas se deberían incluir en las diferentes comunidades educativas; ser difundidas a través de los distintos medios escolares, de los dirigentes comunitarios y, por último, por las asociaciones de padres de familia.
La primera medida que se debe de tomar es promover un ambiente global de participación que abarque a los estudiantes, al personal de la escuela, los padres y madres de las familias y al resto de la comunidad educativa. La idea básica es que a través de la comunicación con el equipo directivo, el consejero de orientación, el alumnado, el profesorado, las familias y el resto de personas que forman parte de la comunidad educativa se pueda llegar a un acuerdo común sobre el problema de la violencia en la escuela. Cuando todos conozcan de las diferentes formas en las que se producen las situaciones conflictivas, será más fácil encontrar las posibles soluciones. Una vez se ha definido el problema se debe de facilitar el establecimiento de un plan de actuación dentro de la escuela englobando a todas las personas antes mencionadas. Este plan de acción surge de la investigación de los factores más peligrosos que afectan al alumnado.
Si bien toda la comunidad educativa debe formar parte de la solución de los problemas, hay que hacer especial hincapié en conseguir que los estudiantes intervengan en la prevención de la violencia. Para ello se pueden utilizar herramientas como la educación en valores, ya sea por medio del área con el mismo nombre que está definida dentro del currículo de Educación Primaria, o a través de proyectos específicos que se desarrollen en centro con carácter especial. De esta forma se asegura la educación en los derechos humanos y la paz en el plan de estudios escolar. También se considera de vital importancia la participación de los alumnos en el establecimiento de reglas y responsabilidades en el aula. Si un alumno es partícipe en la creación de un código de conducta junto con el profesor, sentirá que dichas normas han surgido de su voluntad y estará más involucrado en su cumplimiento que cuando dichas normas son impuestas desde un organismo que considere superior. Además, el número de normas debe intentar ser limitado, fácil de recordar y estar enunciadas en positivo. Por otro lado, en el caso de incumplimiento de dichas normas se debe evitar el uso de métodos de disciplina poco constructivos. Las medidas disciplinarias deben de estar enfocadas a proporcionar una educación y no verse como un castigo que se debe de sufrir.
Las normas de clase, junto a las Normas de Organización, Convivencia y Funcionamiento del centro son los pilares básicos que todos los integrantes de la comunidad educativa deben de seguir y respetar, y en ellas es necesario que esté reflejado un código de conducta en el que aparezcan los derechos y deberes de todos los integrantes de la comunidad.
Otro detalle que el profesorado debe de tener en cuenta es la importancia de no ignorar ninguna denuncia sobre una situación violenta que los alumnos puedan realizar. Aunque parezcan poco fundamentadas, en ocasiones pueden ocultar un acto de violencia o acoso. Asimismo los profesores deben de estar atentos a cambios de comportamiento que pueden convertirse en señales de que los estudiantes se encuentran en riesgo de acoso o agresión (UNESCO, 2011).
Por último, cada escuela posee un aula de convivencia, atendida por personal del centro, a la cual deben de acudir los alumnos que incumplan las normas antes expuestas y estén manifestando un comportamiento disruptivo. En esta aula se recibe una atención acorde a las características de sus actos con el objetivo de que puedan adaptarse y desarrollar las conductas aceptadas por la comunidad.
Cuando las agresiones son más graves y prolongadas en el tiempo, el tipo de medidas debe variar, ya que aquellas de carácter ordinario y general antes expuestas no van a ser efectivas para estos casos. Antes de enumerar las medidas especiales, se debe identificar qué se considera un caso de acoso escolar o, como comúnmente se conoce, bullying.
Según el autor Dan Olweus, se define como bullying una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno contra otro que escoge como víctima. Esta conducta tiene unas características concretas, a saber: se trata de una acción negativa e intencionada, donde la víctima se encuentra en una posición de indefensión de la cual no puede escapar por sus propios medios y estas acciones se prolongan en el tiempo, llegando a poder causar problemas en la autoestima de la víctima, ansiedad, cuadros depresivos, problemas de aprendizaje e incluso tendencias suicidas (Olweus, 1983). Otra de las características que identifican al bullying es que suele manifestarse oculto a los adultos, fuera de su visión, aunque es bien conocido por el alumnado. Esto da como resultado que el bullying sea difícil de identificar y, por consiguiente, de eliminar.
A partir de esta definición de bullying se puede llegar a la conclusión de que este término no se refiere a agresiones organizadas o espontáneas en las que se lleva a cabo un daño mutuo entre alumnos, ni se trata de actos vandálicos o acciones similares. Para que una situación de violencia se considere bullying se tienen que dar tres elementos: tiene que haber una estabilidad temporal, o sea, deben de ser acciones repetidas y continuas en el tiempo; la víctima debe estar indefensa ante una situación de la cual no puede escapar por sus propios medios; por último las acciones deben tener una intencionalidad y el agresor debe ser consciente de sus actos.
A partir de esta definición Lavilla (2011) propone un listado de conductas características del bullying que se dividen en tres apartados: el maltrato físico, el verbal y la exclusión social, tanto de forma directa como indirecta. Algunos ejemplos de estas conductas son los siguientes (Lavilla, 2011):
Maltrato físico: dar empujones, pegar o amenazar con armas serían acciones directas mientras que romper objetos o esconderlos serían ejemplos de acciones indirectas.
Maltrato verbal: insultar, burlarse o poner motes serían manifestaciones directas mientras que difundir rumores sería un ejemplo de manifestación indirecta.
Exclusión social, donde de forma directa se puede excluir a la víctima del grupo o no dejarle participar mientras que ignorar a alguien o ningunearlo sería más un ataque indirecto.
Los roles que se pueden identificar en el bullying no solo se limitan al agresor, quién empieza la conducta y toma la iniciativa, y la víctima. Existen a su vez una serie de seguidores, los cuales no empiezan la conducta pero sí toman parte activa en ella; de partidarios, que están a favor del bullying aunque no participan de forma activa; de espectadores pasivos, que no actúan ni en favor de un bando ni del otro; de posibles defensores que piensan que situación es injusta y deberían actuar, pero no lo hacen por miedo a posibles represalias; y de defensores que ayudan a la víctima o lo intentan. A partir de esta clasificación se puede observar que en el acoso escolar actúan muchos integrantes del alumnado en diferentes niveles de implicación.
Para actuar frente a esta situación Lavilla (2011) propone tres niveles de prevención frente al bullying. Inicialmente hay que realizar una prevención primaria, que son todas las acciones enfocadas a mejorar la convivencia y el clima del colegio, como puede ser la gestión democrática del centro, la educación en valores o el aprendizaje cooperativo, medidas anteriormente mencionadas y que se usan de forma global para tratar la violencia y las conductas disruptivas en la escuela.
El segundo nivel de actuación es una prevención secundaria encaminada a prevenir situaciones de acoso de forma precoz o antes de que se consoliden. Se trata de sensibilizar a la comunidad educativa en torno a este aspecto a través de cuestionarios y encuestas que ayudan a detectar posibles casos de maltrato.
El último nivel de actuación es la prevención terciaria que supone una intervención directa para detener situaciones de maltrato que se estén dando en ese momento. Para ello se debe llevar a cabo un protocolo especial contra el acoso escolar.
Cualquiera de los niveles de intervención debe de contar con la colaboración de las familias. Se debe fomentar su participación en las charlas que se realicen sobre el tema; buscar su opinión en la discusión y elaboración de propuestas y elaboración de normas de convivencia del centro; y por último deben ser parte activa en situaciones concretas que afecten a sus hijos, ya sea en cualquiera de los roles antes mencionados.
De igual manera las familias son una fuente de información esencial a la hora de detectar posibles casos de acoso o maltrato. Los padres o tutores de un alumno deben estar atentos a ciertos indicios que son muy esclarecedores, como es el caso de los hematomas, pero siempre es necesario tener en cuenta que una simple pelea, burla o conflicto aislado no se considera un caso de bullying. No hay que darle mayor importancia a los sucesos aislados pero si hay que mantener la alerta en caso de seguir observando ciertos aspectos como los anteriormente señalados. También hay que tener en consideración que no solo se habla de bullying como daño físico, ya que el psicológico puede ser igual de destructivo, en este caso con la aparición de trastornos del ánimo como apatías o depresiones.
Un último apunte sobre el acoso es la aclaración del término cyberbullying, una variante del bullying que se vale de medios telemáticos, como internet, el teléfono móvil, las redes sociales o los videojuegos online, para ejercer el acoso psicológico. El acoso por vía de internet, ciberacoso o cyberbullying está muy presente en la actualidad, sobre todo en los adolescentes. En estos casos es importante hacerles saber a las víctimas que deben de informar a los adultos del problema y, a su vez, el adulto les debe aportar técnicas que les proporcionen seguridad y enseñarles un uso responsable de las tecnologías.
Aunque este acoso no implica violencia física, presenta otros factores que muestran que la intimidación online muchas veces es más intensa que el acoso tradicional. En concreto, tiene las siguientes características: es anónimo, de difícil escapar de él, siempre se da a través de internet y es más invasivo que el cara a cara (Kaspersky Lab, 2015).
Para terminar este estudio previo y basándose en los términos expuestos, se ha realizado una recolección de datos cuantitativos que indican la incidencia de la violencia y el acoso en las aulas.
Según el estudio de la Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR, desde el año 2009 ha habido un gran incremento de violencia en las aulas. En 2015 ha incrementado un 40% los casos de bullying, donde siete de cada diez víctimas sufren acoso diario. Este mismo estudio recalca que un teléfono de atención a víctimas de acoso en las aulas recibió 154 llamadas durante el año 2009 y viéndose esta cifra aumentada a un total de 573 llamadas en 2015, un incremento muy considerable que puede ser síntoma del aumento de casos de acoso en los entornos relativos a la escuela (El Confidencial, 2016).
En general la percepción de la violencia escolar ha ido en aumento, como según indica una encuesta del sindicato docente ANPE (Molina, 2005), donde ocho de cada diez profesores consideran que la conflictividad en los centros de enseñanza pública a todos los niveles, desde Educación Infantil a Bachillerato es alarmante y consideran que las clases actualmente son ingobernables, viendo así dificultada su labor docente. Algunos de estos docentes consideran que los cambios acontecidos con la llegada de la LOGSE, al acogerse a los chicos de 12 a 16 años en los institutos, ha multiplicado exponencialmente los problemas en los centros de Educación Secundaria. Aun así, resulta realmente curioso que los centros de Educación Primaria empiecen a tener problemas en 6º curso, algunos de ellos de extremada gravedad (Molina, 2005).
Una de las posibles causas del incremento del acoso es la aparición de las nuevas tecnologías. El acceso de forma rápida a la información y la comunicación ha proporcionado cierta facilidad al acosador a la hora de poder acosar a la víctima. Esta situación resulta muy peligrosa ya que, muchas veces el ataque no está a la vista de nadie, tan solo son conscientes de él el acosador y la víctima. Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab, explica:
Los niños necesitan desarrollar una ética y moralidad cuando interactúan con otras personas online, al igual que en su vida offline. Esto aumentaría la empatía y reduciría la probabilidad de que participen en este tipo de ciberdelitos como es el cyberbullying. También es importante para que entiendan, desde una edad temprana, los peligros potenciales asociados con algunas actividades online (Kaspersky Lab, 2015).
Un dato curioso sobre el acoso escolar es que la mayor concienciación e información sobre el problema que se puede encontrar en la actualidad sobre el acoso escolar está propiciando que afloren más casos de este y como consecuencia su intervención y prevención se hace más sencilla. De acuerdo a Benjamín Ballesteros, director de la fundación ANAR, el acoso es algo que va a acompañar a la víctima durante toda la vida, causándole ansiedad, baja autoestima, aislamiento y puede derivar en fracaso escolar; aunque hay que tener siempre en cuenta que va a depender de la resiliencia de cada víctima. Si la víctima se ve indefensa y no recibe apoyo, estará afectada toda su vida. Hay que prestar especial atención a estos casos ya que en los casos más graves puede desembocar en un suicidio, de ahí la importancia de la intervención. (Mutua Madrileña y Fundación ANAR, 2016).
Por otro lado, el periódico El Mundo, en un artículo basado en el estudio de la Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR, evidencia que desde el año 2004 los casos de bullying han ido aumentando, desde que el suicidio de un niño víctima de este tipo de acoso hizo saltar las alarmas. Desde ese año, los casos aumentaron considerablemente hasta la actualidad. También se indica que los casos atendidos necesitan de atención tanto psicológica como jurídica, con la finalidad de que no tengan un fatal desenlace. Este caso incitó a que llamadas de consultas sobre acoso escolar al teléfono de la Fundación ANAR de niños se duplicara y las de consultas realizadas por padres se cuadriplicara en los meses posteriores al suceso, llegándose a un aumento de denuncias sobre acoso escolar en 2016 del 75% frente a año anterior (Mengual, 2016). Esto no quiere decir que los hechos de esta naturaleza aumentaran, sino que al ser evidente la importancia de poner fin al acoso, aflora la curiosidad y preocupación por parte de niños y, sobre todo, por la de los padres (Mutua Madrileña, Fundación ANAR, 2016).
Una de las conclusiones de este estudio sobre la evolución del acoso y la violencia en las aulas es que en las aulas existe un reflejo de la violencia generalizada que existe en toda la sociedad. Como ya se ha comentado con anterioridad, uno de los factores de conductas violentas y disruptivas son los factores sociales, que en este caso se perfila como la imitación de conductas violentas que cada vez son más comunes en la sociedad. Con respecto a este detalle se puede considerar que el niño o niña que tiene un comportamiento violento no debe ser visto solo como un agresor, sino también como una víctima de un ambiente que incita a la violencia, ya que, si los más pequeños ven escenas violentas de forma cotidiana en sus casa, en la sociedad, en la televisión o en otro medios de comunicación, tenderán a imitar dichas conductas. No se puede tratar a los niños como culpables de ejercer la violencia, sino como víctimas, ya que son el reflejo de todo aquello que ven en su día a día (Juarez, 2014).
Objetivos del estudio
En este apartado se van a exponer los objetivos que se han pretendido conseguir con el proyecto de investigación que se ha llevado a cabo, en concreto, el tema de investigación es la perspectiva que tiene la sociedad respecto a la violencia en los entornos escolares en la Educación Primaria y para alcanzarlo se ha partido de un objetivo general que se subdivide en cinco objetivos específicos y son los siguientes:
Objetivo general:
Conocer la perspectiva social acerca de la existencia de violencia en las aulas.
Objetivos específicos:
Examinar la evolución de la violencia en los entornos relacionados con la escuela en los últimos años.
Definir los factores que la sociedad considera que pueden incrementar la violencia en los niños.
Investigar los medios que usa la escuela para evitar las situaciones de violencia.
Averiguar si la sociedad conoce el concepto de bullying y de cyberbullying.
Indagar sobre la idea que tiene la sociedad acerca de las características que poseen los niños conflictivos.
Diseñar un programa de intervención para fomentar la resolución de conflictos y disminuir la incidencia de la violencia en las aulas.
Población objeto de estudio
Para este trabajo investigativo se ha trabajado una población objeto que estaba compuesta por cualquier persona mayor de edad, del territorio español y que tuviera relación o hubiera tenido relación con la comunidad educativa en algún momento de su vida. Se han elegido individuos mayores de edad puesto que en caso de elegir menores de edad se necesitaba permiso de los tutores o padres para realizar la encuesta, además de que el interés del estudio estaba en saber los conocimientos que tiene la sociedad sobre la violencia escolar y, por tanto, era más interesante realizar el cuestionario a personas de mayor edad. Dentro de este universo era de mayor interés enfocar las muestras a padres, profesores y antiguas víctimas o agresores involucrados en acoso escolar o violencia en las aulas.
Al tratarse de una población de gran tamaño, puesto que engloba a cualquier persona mayor de edad de España, se ha elegido un subconjunto de la población sobre la que se realiza el sondeo. Esta muestra ha tenido un tamaño de unas 100 personas aleatorias repartidas entre las provincias de Murcia, Valencia y Albacete sin necesidad de definir subconjuntos por sexo o por edad. Se han elegido estas provincias puesto que los integrantes de este grupo de población estan repartidos entre dichas zonas del territorio español.
Metodología
El presente trabajo de investigación se ha desarrollado basándose en un diseño metodológico tanto cualitativo como cuantitativo. En primer lugar se ha llevado a cabo un estudio cualitativo sobre la violencia que incluye diferentes aspectos en relación a la violencia en los entornos relativos a la escuela, así como factores que incrementan las conductas conflictivas y violentas. En concreto se ha realizado una identificación inicial del término "violencia" para, a partir de este, delimitar su presencia en el entorno escolar, sus características, los casos especiales de esta, como puede ser el bullying.
A partir de estos datos y de un análisis bibliográfico que contenía datos cuantitativos sobre la incidencia de la violencia en los últimos años, se ha ampliado este análisis cuantitativo al utilizar como técnica principal de estudio la encuesta, que se realizó a través de un cuestionario para la recogida de datos, apoyándose para esto en la herramienta online Survey Monkey.
En la elaboración de dicho cuestionario se han definido una serie de variables relacionadas con el tema, en concreto: incidencia y evolución de la violencia, características de los niños violentos, factores que influyen en la violencia, tipos, causas y lugares donde se de violencia, responsabilidades, mecanismos que existen para combatirla, conocimiento de la definición de acoso, incidencia del acoso escolar y características de los niños acosados. Una vez definidas esas variables se realizó un estudio preliminar (estudio piloto) para comprobar la validez del cuestionario.
Cronograma
Para este proyecto de investigación se han empleado los meses de febrero a mayo de 2017, en concreto, las fechas de inicio y fin del proyecto han sido desde el 3 de febrero de 2017 hasta el 19 de mayo del mismo año. Las tareas que se han realizado quedan reflejadas en el siguiente cronograma:
Fecha Tareas a realizar
3 de febrero Concretar del tema objeto de estudio.
10 de febrero Definir el objetivo general y los objetivos específicos del proyecto.
17 de febrero - 3 de marzo Análisis de la bibliografía relacionada con el tema general y los objetivos junto a una revisión documental. Análisis de las fuentes secundarias y de la bibliografía.
17 de marzo - 24 de marzo Delimitar el colectivo objeto de estudio, la población y la muestra.
24 de marzo - 21 de abril Elaborar el modelo de cuestionario. Realizar el pretest.
21 de abril - 28 de abril Realizar la encuesta mediante herramienta online.
28 de abril - 5 de mayo Análisis de los datos obtenidos.
5 de mayo - 12 de mayo Elaborar las conclusiones del estudio realizado y realización del informe final.
19 de mayo Fecha de entrega del documento final.
Recursos
En este apartado se plasman los recursos que han sido necesarios para la realización de este proyecto. Estos recursos se dividen en dos tipos, los recursos humanos y los recursos materiales.
Para los recursos humanos se han usado los alumnos involucrados en la realización de este proyecto de investigación, a saber:
Empar Blanquer Esparza
María Martínez Díaz
Pedro José Piqueras Madrigal
Gustavo Prados Sánchez
Jerónimo Tomás Martínez
Por otro lado, los recursos materiales necesarios para la realización de este proyecto quedan plasmados en el siguiente listado:
Herramienta ofimática Microsoft Office, en concreto, la aplicación Word para la realización de la documentación y la aplicación Power Point para la creación de presentaciones.
Herramienta online Google Forms. Esta herramienta proporciona la posibilidad de crear y difundir encuestas en línea de forma gratuita.
Propuesta de intervención
Justificación
Teniendo en cuenta el presente proyecto sobre la violencia en las aulas de Educación Primaria y como consecuencia de la investigación realizada, esta propuesta de intervención se justifica en relación a los procesos que deben ser mejorados o implantados con respecto a la convivencia escolar y su aplicación.
Este proyecto se realiza porque se ha percibido una necesidad de formación real en relación al establecimiento de estrategias que prevengan la violencia en los entornos escolares y, a su vez, en el aprendizaje y concienciación sobre el funcionamiento de la convivencia escolar y como toda la comunidad educativa forma parte de este proceso.
Esta propuesta se concibe con el objetivo de brindar una solución a la necesidad de una política sólida en temas de convivencia, planeando un cronograma de ejecución y una implementación para cada una de las estrategias definidas.
Como ya se ha indicado, el proyecto va a hacer partícipe a toda la comunidad educativa puesto que cada uno de los agentes de esta comunidad forma parte directa o indirectamente en el desarrollo de los alumnos y, por ello, todos los comportamientos que estos agentes llevan a cabo son factores determinantes en la convivencia que se desarrolla en el centro escolar.
Objetivos
En este apartado se van a exponer los objetivos que se pretenden conseguir con la propuesta de intervención previamente detallada, en concreto, se parte de un objetivo general que se subdivide en tres objetivos específicos y son los siguientes:
Objetivo general:
Ofrecer formación a toda la comunidad educativa enfocada a mejorar la convivencia en la escuela con el fin de afrontar la violencia escolar de una forma más efectiva.
Objetivos específicos:
Formar a los padres, madres, tutores y/o familias de los alumnos para hacerles partícipes en el propósito de mejorar la convivencia escolar.
Fomentar el desarrollo de actitudes que favorezcan conductas positivas y la resolución pacífica de los conflictos en el alumnado.
Ofrecer herramientas y estrategias al profesorado que ayuden en la gestión de los conflictos en el aula.
A partir de estos objetivos se proponen una serie de estrategias y medidas a usar para alcanzarlos. En la siguiente tabla se plasma un resumen de las estrategias agrupadas por objetivos, junto a otros detalles de interés como son los recursos, la temporalización, los responsables y la evaluación de estas medidas.
Objetivos Estrategias Recursos Tempo. Responsables Evaluación
Formar a los padres, madres, tutores y/o familias de los alumnos para hacerles partícipes en el propósito de mejorar la convivencia escolar. 1. Promoción de un programa para recomendar un uso adecuado de los grupos de Whatsapp en los que participan las familias de los alumnos.
- Blog para difusión
- Infografía
- Jornada de formación (dos veces)
- Imágenes distintivas de la iniciativa.
-Todo el curso
-Formación:
Viernes y sábado (primera semana de octubre)
- Responsable de medios informáticos (RMI).
- Profesor responsable del comité de convivencia del colegio.
- Formulario para las familias al final del curso.
- Entrevistas con los responsables del AMPA cada trimestre.
2. Participación en el "Día tolerancia cero ante el acoso escolar".
- Materiales para realizar talleres.
- Aula Althia para proyecciones
- Recursos del gimnasio para actividades deportivas.
- Primer lunes de febrero.
- 2 semanas de preparación de talleres previas al evento.
- Equipo directivo.
- Representantes AMPA
- Encuestas realizadas para padres.
- Valoración del consejo escolar.
Fomentar el desarrollo de actitudes que favorezcan conductas positivas y la resolución pacífica de los conflictos en el alumnado.
3. Elaboración y difusión de cartelería para promocionar el "Día de tolerancia cero ante el acoso escolar".
- Materiales de plástica para realizar cartelería.
- Primer lunes de febrero.
- 2 semanas de preparación de cartelería en clases.
- Tutores.
- Valoración de los tutores.
- Coevaluación entre alumnos.
- Autoevaluaciones.
4. Formación de alumnos en el proyecto "Alumno Ayuda" dirigido a dotar a los alumnos de las habilidades psicológicas y comportamentales necesarias que favorezcan la resolución de conflictos y prevengan el acoso escolar.
- Recursos económicos (Curso formación externo)
-Espacios para la formación
- Carteles informativos sobre el proyecto.
- Diploma para los alumnos ayudantes.
- Encuestas de evaluación del proyecto.
-Todo el curso
Fases del proyecto:
- 1ª Fase - Presentación (septiembre-octubre)
- 2ª Fase - Selección del alumnado que será alumno ayuda (noviembre)
- 3ª Fase: Formación del alumnado (enero)
- 4ª Fase: Implantación, actuaciones y seguimiento (enero-junio)
- 5ª Fase: Evaluación (junio)
- Coordinador del proyecto.
- Equipo de docentes: (constituido por tutores, el orientador y el jefe de estudios).
- Formador.
- Encuestas que realizaran al finalizar el curso los alumnos ayudantes.
- A través de los datos obtenidos por el seguimiento de las reuniones de coordinación.
5. Participación en el Plan Director, con el que se va a ofrecer al alumnado charlas con información sobre el acoso y ciberacoso y otros riesgos de internet.
- Salón de actos.
- Representación del Cuerpo Nacional de Policía.
- 3 días del mes de abril (1 día para 3º, otro para 4º y otro para 5º)
- Equipo directivo.
- Representante del Cuerpo Nacional de Policía.
- Opinión de loa alumnos.
- Informe realizado por el equipo directivo
Ofrecer herramientas y estrategias al profesorado que ayuden en la gestión de los conflictos en el aula.
6. Plan en mediación para los conflictos que pueden darse en la convivencia del centro.
- Cursos de formación del Centro de Formación del Profesorado.
- Temario para la formación de mediadores.
- Espacios para la formación de mediadores.
- Sala de mediación.
- Carteles informativos.
- Apartado en la página web del colegio.
-Todo el curso.
- Entrenamiento de mediadores de 16 horas (4 sesiones de 4 horas, dos sesiones por semana durante las 2 primeras semanas del curso)
- Un coordinador.
- Responsable de formación.
- Miembros del equipo de mediación.
-Evaluación continua: al inicio, durante las mediaciones y al finalizar el curso.
Evaluar los siguientes conceptos del proyecto: Las reuniones del equipo de mediación y la organización y funcionamiento de este, el grado de cumplimiento de los objetivos y contenidos marcados al inicio del curso, la formación de nuevos integrantes y la difusión del proyecto.
7. Participación en seminarios de formación de equipos directivos de los centros.
- Cursos de formación del Centro de Formación del Profesorado.
- 2 meses. 2 sesiones por semana lunes y jueves.
- Equipo directivo.
- Formador externo.
- Evaluación externa realizada por el Centro de Formación.
-Autoevaluación del equipo directivo.
Estrategias de intervención
Estrategia 1: Programa para padres enfocado al uso adecuado del Whatsapp
Como se ha observado en los estudios presentados en el marco teórico, los factores familiares son una de las fuentes que más influye en el desarrollo y aprendizaje de los niños, pero también son unos de los factores más característicos de la agresividad. Si dentro de la familia hay un clima positivo, esto hará que la conducta y las emociones presentadas por el niño sean adecuadas. Por tanto, es ideal desarrollar una estrategia que permita a las familias ser un modelo positivo para sus hijos.
Es bastante común que aquellas personas que tienen hijos o nietos en edad escolar utilicen la herramienta de mensajería WhatsApp para mantenerse en contacto con el resto de padres de alumnos de la misma clase que sus hijos, principalmente con uno o varios grupos de los conocidos como "grupos de padres y madres de clase".
Estos grupos pueden ser un núcleo de conflictos como se ha podido ver con la aparición en los últimos meses de numerosas noticias en los medios de comunicación que advierten del mal uso que se están dando a dichos grupos. Sin lugar a dudas, esta herramienta de mensajería, como otras similares, es útil para estar en contacto, intercambiar información sobre la clase o reuniones que surjan, cumpleaños de alumnos, trabajos, deberes o noticias del colegio en general, pero también puede ser usada de forma destructiva produciendo problemas de convivencia entre los padres o los padres y el maestro que se van a ver reflejados en el resto de la comunidad educativa.
Para evitar estas situaciones, en este documento se propone llevar a cabo la iniciativa "Familias que wasapean en paz" (ETPOEP, 2016) que consiste en una serie de acciones que persiguen mejorar la convivencia y la participación familiar en los centros, para lo cual se parte de recomendar un uso adecuado de los grupos de Whatsapp en los que están involucrados los padres y madres de los alumnos del centro.
El objetivo de esta estrategia es proporcionar una serie de consejos y recomendaciones para el uso adecuado de estas tecnologías y que contribuyan a la mejora de la convivencia al fomentar la cultura de paz y la resolución pacífica de los conflictos. Para ello se va a realizar una serie de infografías con consejos que se entregarán a los padres y madres, un blog que contenga estos mismos consejos y que se usará como punto de encuentro con las familias y una jornada de formación para enseñar el uso correcto de la aplicación y, a su vez, se resolverán dudas y debates sobre el tema.
En concreto, los consejos que se van a proporcionar a las familias en el curso lectivo actual van a ser los siguientes:
Sobre las tareas escolares. En la actualidad los padres estan controlando todo sobre las libretas y tareas de sus hijos: deberes, exámenes, limpieza, estudios... En este aspecto se aconseja que el padre no se convierta en la agenda del hijo. Si el niño no intenta hacer algo por sí mismo no va a ser capaz de aprender a hacerlo. En este punto se aconseja que se deje más libertad de acción al niño aunque se equivoque, pues de los errores se aprende. Los padres han de trabajar para favorecer la autonomía de hijo para que así asuma sus propias responsabilidades.
Sobre las críticas. Actualmente se observan casos de padres y madres que se dedican a realizar una crítica, generalmente destructiva, con respecto a la figura del profesor o de las decisiones tomadas por el equipo directivo del centro, por ejemplo cosas como "El maestro X pone demasiados deberes", "El maestro X trabaja muy mal con los niños", "El maestro X pone muy pocos deberes", etc. En muchas ocasiones se usan las redes sociales para difundir estas críticas o para comparar la metodología de diferentes maestros sin tener en cuenta el resto de elementos del entorno (tipo de niños, objetivos a largo plazo, etc.). Este comportamiento es poco elegante pues se está criticando públicamente a alguien que no tiene opción de defensa ni de explicación de sus actos, además de que se está menospreciando la autoridad del maestro y esto produce un daño directo en el clima del grupo y de la comunidad educativa. En ocasiones, estas críticas también van dirigidas a otros padres o madres produciéndose así un enfrentamiento directo que suele producir conflictos. En general se aconseja que nunca se debe de criticar una decisión, sea de quien sea, sin conocer previamente los motivos. A la hora de escribir una crítica hay que plantearse si se es capaz de decir lo mismo en persona y en caso negativo será mejor no decirlo en el grupo de WhatsApp. El hecho de escribir sin ver a la persona con la que se está hablando no debe de ser un impedimento para que se guarden las normas de cortesía y empatía. También hay que recordar que ciertos temas se deben hablar en el colegio donde van a ser dadas las explicaciones necesarias.
Sobre los rumores. No es extraño encontrar casos de personas que se dedican a difundir rumores sobre un docente u otros padres creando así confusión y malos entendidos. Se deben evitar usar frases como "a mí me han dicho..." "me han contado que..." y evitar comentar los rumores generados por estas y que se comparten en el grupo, además, se aconseja ignorarlos e intentar eliminarlos. Todas las personas que participan o comentan en la difusión de rumor son sus creadores pues suele pasar que cada persona aporta algo al mismo.
Sobre la solución de problemas. En ocasiones ciertos padres intentan solucionar los problemas de sus hijos a través del grupo de WhatsApp con frases como: "a mi niño no le hace caso", "a mi hijo le ha puesto menos nota de la que se merece", etc. Este comportamiento puede crear confusión y mal ambiente en el grupo e incluso puede crear problemas donde no los hay. Para evitar esto se aconseja utilizar las tutorías del maestro pertinente. La tutoría es una herramienta que se usa para resolver este tipo de dudas. Si se da el caso de que el tutor no resuelva la duda se puede acudir al coordinador de etapa, al jefe de estudios y, por último, al director del centro.
Sobre lo que se comparte. Se debe tener en cuenta lo que se comparte por el grupo y se debe respetar a los demás y su intimidad. Hay que ser consciente de que una vez se ha compartido un contenido ya no se puede eliminar y quedará en la red por siempre. Se aconseja no compartir en el grupo contenidos que atenten contra la privacidad de alguien ni contenidos ofensivos, en especial hacia otros padres, madres, profesorado o alumnado.
Para premiar y diferenciar los grupos de WhatsApp que se adhieran al compromiso de cumplir los consejos descritos anteriormente, estos grupos podrán añadir el icono distintivo de calidad como icono del grupo y así contribuir la difusión de la iniciativa. Estos iconos distintivos se pueden consultar en el Anexo I de este documento.
Recursos
Para realizar esta estrategia se va a disponer de los siguientes recursos:
Uso del blog del colegio creando un nuevo apartado dedicado a noticias y consejos sobre la iniciativa "Familias que wasapean en paz".
Crear una infografía donde se indicarán los consejos de la estrategia y que estará disponible en el blog del colegio así como en los paneles de información y distintos puntos del colegio.
Una jornada de formación para padres con el objetivo de enseñar el uso correcto de la aplicación y donde también se resolverán dudas y debates sobre el tema. Esta jornada se repetirá dos días diferentes (viernes y sábado) con el fin de que el máximo número de padres pueda participar.
Diferentes imágenes distintivas para usar en los grupos que se adhieran a la iniciativa.
Temporalización
Para esta iniciativa se propone la siguiente temporalización:
La estrategia se va a llevar a cabo durante todo el curso lectivo con seguimiento de su aceptación y actualizaciones constantes en el blog con noticias relacionadas con el tema.
La formación a familias se realizará el viernes y sábado de la primera semana del mes de octubre del año en curso. La formación tendrá una duración de dos horas cada día.
Responsables
Los responsables de esta estrategia quedan reflejados en el siguiente listado.
Responsable de medios informáticos (RMI). Encargado de la actualización del blog y encargado de la parte tecnológica de la formación.
Profesor responsable del comité de convivencia del colegio. Será el encargado de los contenidos del blog y de las charlas formativas.
Evaluación
La evaluación de la iniciativa se va a llevar a cabo de dos formas.
A través de un formulario que las familias que lo deseen deben rellenar al final del curso donde se comprobará la aceptación de la iniciativa y la opinión de la comunidad educativa sobre esta.
Se realizará una entrevista con los responsables del AMPA al final de cada trimestre para comprobar la utilidad y el seguimiento de la iniciativa por parte de las familias del centro.
Estrategia 4: Formación de alumnos en el proyecto "Alumno ayuda"
Debido al incremento de los conflictos en los entornos escolares es necesario plantear medidas que ofrezcan una resolución y tratamiento pacifico de estos. Para ello han surgido en los últimos años enfoques basados en el diálogo, como pueden ser la mediación escolar y la ayuda entre iguales.
El proyecto "Alumno ayuda" se basa en la idea de los sistemas de ayuda entre iguales. Estos sistemas son estrategias de resolución de conflictos en las que los propios alumnos prestan asistencia a sus compañeros en momentos de debilidad o maltrato. El alumno ayudante actúa a diferentes niveles: en el trabajo del aula, actividades del centro o extraescolares y las funciones que ofrece son diversas: explicar actividades a otro compañero, incluirle en un grupo de amigos, llevar las tareas del colegio a un alumno enfermo, mediar en posibles conflictos con otros compañeros, etc.
Al crear esta figura se pretende implantar un clima de convivencia positivo en el centro para obtener como resultado un espacio de paz que sea identificado como propio por los alumnos pues son ellos los que han asumido compromisos de responsabilidad a la hora de lidiar con los problemas de convivencia entre iguales y han ayudado a mejorar las relaciones interpersonales.
Según exponen García y Leis (2010) en su guía de implantación del proyecto Alumno Ayuda, los objetivos que se pretende alcanzar con la implantación de un proyecto de estas características son:
Fomentar la colaboración, el conocimiento y la búsqueda de soluciones en problemas interpersonales en el ámbito escolar.
Mejorar la convivencia en el centro escolar.
Reducir los casos de agresiones y acoso.
Hacer partícipe al alumnado en la resolución de conflictos.
Proponer canales de comunicación entre alumnado y profesorado.
Afrontar los conflictos de una forma no violenta.
Fomentar los valores de ciudadanía.
Para alcanzar dichos objetivos hay que definir las funciones del alumno ayudante. En concreto, estas funciones son las siguientes:
Ayudar a sus compañeros cuando estén siendo molestados, necesiten ser escuchados o estén tristes por algún motivo.
Tomar la iniciativa en actividades grupales en el recreo o en clase.
Prestar ayuda a los compañeros que tengan algún problema con un maestro para intentar resolver el conflicto.
Asistir y ayudar a otros compañeros en algún área académica.
Acoger a los niños recién llegados al colegio y actuar como su acompañante.
Los posibles alumnos ayudantes deben cumplir un perfil que los identifique con alumnos reconocidos y valorados por sus propios compañeros. Esto no quiere decir que esto alumnos se consideren como "alumnos buenos" sino que deben ser alumnos con alta competencia social y habilidades de comunicación y empatía y que trasmitan estas cualidades al resto de sus compañeros. En concreto los alumnos ayuda deben inspirar confianza, para poder contarle los problemas personales, poder liderar actividades, saber escuchar, tener criterio propio ante ciertos problemas, saber relacionarse con los demás y tener capacidad para recibir y tolerar las críticas. Además es muy importante que sepan resolver conflictos y estén motivados para hacerlo.
La población a la que se dirige el programa es a alumnos de 5º y 6º de Primaria en el año de implantación del proyecto y si los resultados son satisfactorios se implantará en sucesivos cursos a alumnos de 3º y 4º de Primaria.
La temporalización del proyecto se divide en varias fases, siendo su duración total la del curso lectivo completo. Estas fases contemplan la selección de los candidatos para ser alumnado ayudante, la formación del grupo en habilidades y destrezas de ayuda, y llevar un seguimiento de sus actuaciones. A continuación se detalla las tareas que se van a llevar a cabo en cada una de las fases y el periodo de tiempo que ocupan:
1ª Fase - Presentación (septiembre-octubre): En esta fase se realiza la presentación del programa a través de unas reuniones semanales con los tutores de los cursos implicados. El proyecto se debe de llevar a votación al Claustro y debe contar con el visto bueno del Consejo Escolar. Una vez aprobado, se va a construir un equipo de docentes (constituido por tutores, el orientador y el jefe de estudios) que apoyará a los alumnos ayudantes, realizarán reuniones de seguimiento y serán el referente de persona adulta al que los alumnos ayudantes deberán acudir en caso de necesidad. Tras la constitución de este equipo se presentará el programa a los alumnos.
2ª Fase - Selección del alumnado que será alumno ayuda (noviembre): En este mes se va a llevar a cabo la selección de los alumnos que pasarán a la fase de formación. La idea es escoger al menos a dos o tres alumnos por grupo con el fin de contar con un número importante de alumnos ayudante en el colegio pues de esta manera la iniciativa será más exitosa. Además, la formación de estos alumnos será beneficiosa para los siguientes años pues se contará con los alumnos ya formados junto a los nuevos alumnos que se formarán en el curso siguiente.
Para esta fase, los tutores explicarán el perfil necesario para poder ser alumno ayudante y sus funciones. Tras esto los candidatos se presentaran de forma voluntaria y si hay candidatos de más se puede realizar una votación en clase para elegir a los que ellos consideren mejores. Antes de elegir los candidatos finales, los tutores y el orientador deben de estudiar y validar las candidaturas pues es posible que ciertos alumnos no cumplan el perfil.
3ª Fase: Formación del alumnado (enero): Una vez se ha seleccionado a el alumnado que va a formar parte del proyecto, tanto este alumnado como los profesores que van formar parte del equipo docente responsable, van a realizar de forma conjunta un curso de formación. Este curso de formación va a estar enfocado a enseñar a los alumnos estrategias que son necesarias para poder intervenir en la mediación de conflictos y habilidades sociales y de empatía. Este curso se va a realizar durante un fin de semana, en concreto, un viernes por la tarde y el sábado con sesiones de mañana y tarde.
La formación se va a realizar por parte de un formador externo a la plantilla del centro. El temario del curso de formación está basado en un curso de formación diseñado por el Equipo de Urgencias Educativas del Distrito "La Salle" de Andalucía (La Salle, 2008) y será el siguiente:
Módulo I: "Presentación"
Módulo II: "Alumnos Ayudantes": Cualidades y habilidades del Alumno Ayudante.
Módulo III: "Comunicación": Habilidades de comunicación no verbal, técnicas de escucha activa, empatía y asertividad.
Módulo IV: "Resolución de problemas": Técnicas de planificación, de resolución de conflictos y toma de decisiones.
Módulo V: "Simulaciones prácticas": Estudio de casos y simulaciones de ayuda.
Módulo VI: "Servicio de Ayuda": Revisión de las funciones del alumno Ayudante y evaluación del curso de formación.
Algunos ejemplos de actividades que se llevarán a cabo en el curso se pueden encontrar en el Anexo II de este documento.
4ª Fase: Implantación, actuaciones y seguimiento (enero-junio): una vez se ha realizado la formación, los alumnos ayuda se presentarán ante sus compañeros, explicando sus funciones y aclarando posibles dudas. Para ello se van a realizar carteles que se colocarán en distintos lugares del centro con información sobre el proyecto y un lema llamativo.
Durante esta fase se va a llevar un seguimiento de las actuaciones de los alumnos ayuda, con reuniones cada dos semanas del alumnado con el equipo de profesorado de apoyo donde se recabará información sobre las actuaciones desarrolladas por los alumnos ayuda y las dificultades encontradas. Estas reuniones también se usaran para recordar algunas habilidades de intervención y repasar técnicas aprendidas en la formación.
Uno de los aspectos más importantes a considerar es la confidencialidad de los hechos en los que han intervenido los alumnos ayuda. En estas reuniones periódicas es necesario recordar a los alumnos que deben comportarse de forma ética y preservar la confidencialidad de las personas a las que han ayudado, salvo en caso de tener que trasmitir esta información a un profesor coordinador.
5ª Fase: Evaluación (junio): En el último mes del curso se llevará a cabo la evaluación del proyecto. En la última reunión de coordinación con los alumnos ayuda se les facilitará un cuestionario en el que deberán valorar la experiencia así como su opinión oral del proyecto.
Una vez terminado el curso es aconsejable que en la fiesta de fin de curso se premie de alguna forma la labor llevada a cabo por los alumnos ayuda. En este caso se va a realizar un acto donde a cada alumno se le proporcionara un diploma con su nombre y una felicitación por el trabajo realizado a lo largo del curso.
Recursos
Para realizar este proyecto son necesarios los siguientes recursos:
Recursos económicos para llevar a cabo de formación inicial de alumnos ayuda.
Espacios: El coordinador, junto con el equipo directivo, serán los responsables de organizar los espacios necesarios para la formación.
Carteles informativos sobre el proyecto.
Diploma para los alumnos ayudantes.
Encuestas de evaluación del proyecto.
Temporalización
Para esta iniciativa se propone la siguiente temporalización:
El proyecto se va a llevar a cabo durante todo el curso lectivo.
La temporalización del proyecto se divide en varias fases, siendo su duración total la del curso lectivo completo. Estas fases contemplan la selección de los candidatos para ser alumnado ayudante, la formación del grupo en habilidades y destrezas de ayuda, y llevar un seguimiento de sus actuaciones. En concreto, las fases son:
1ª Fase - Presentación (septiembre-octubre)
2ª Fase - Selección del alumnado que será alumno ayuda (noviembre)
3ª Fase: Formación del alumnado (enero)
4ª Fase: Implantación, actuaciones y seguimiento (enero-junio)
5ª Fase: Evaluación (junio)
Responsables
Los responsables de esta estrategia quedan reflejados en el siguiente listado.
Coordinador del proyecto, que se encargará de llevar a cabo la coordinación de los diferentes integrantes y de las actividades y el seguimiento del mismo.
Equipo de docentes: (constituido por tutores, el orientador y el jefe de estudios) Su labor es la de apoyar a los alumnos ayudantes, realizar reuniones de seguimiento y ser el referente de persona adulta al que los alumnos ayudantes deberán acudir en caso de necesidad.
Formador, que va a ser el responsable de impartir el curso de formación a los alumnos ayudantes. Será una persona externa al centro.
Evaluación
La evaluación de la iniciativa se va a llevar a cabo de la siguiente forma:
A través de encuestas que realizaran al finalizar el curso los alumnos ayudantes dando su opinión sobre el proyecto.
Usando los datos obtenidos por el seguimiento de las reuniones de coordinación que se van a llevar a cabo cada dos semanas con el equipo de alumnos ayuda.
Estrategia 6: Plan en mediación para los conflictos de convivencia
Los planes de convivencia de un centro necesitan de una reflexión y colaboración de la comunidad educativa en su conjunto, que no siempre es posible por causas como la falta de orientación de docentes y familias, carencias de apoyo administrativo, descoordinación, etc., pero aun así existen numerosas estrategias y recursos que ayudan a mejorar la convivencia escolar.
La estrategia que se detalla en este apartado está enfocada a la elaboración de un plan de mediación, es decir, la intervención en un conflicto de una tercera persona neutral para ayudar a las personas implicadas en el conflicto a que lo solucionen por sí mismas de forma pacífica. La elección de dicho plan está respaldada por los beneficios que supone ya que ayuda a gestionar los conflictos, se desarrolla el diálogo, la expresión de emociones y sentimientos y a adquirir compromisos que se deben cumplir. Todos estos beneficios afectan a la convivencia escolar de forma positiva y por tanto en los siguientes párrafos se va a exponer las pautas de implantación de un plan de mediación centrado en la formación de los maestros como mediadores.
El punto inicial de partida es un diagnóstico de la situación actual del centro, es decir, hay que identificar aquellos conflictos o situaciones potencialmente conflictivas que surgen frecuentemente entre los miembros de la comunidad educativa y las herramientas que actualmente se usan para prevenirlos o solventarlos. También es necesario conocer el entorno social del centro ya que, dependiendo de este, se pueden aplicar unas estrategias u otras.
Una vez realizado el diagnóstico de situación el siguiente paso es plantearse los objetivos que se persiguen con el plan de mediación. Un ejemplo de objetivo podría ser: "Encontrar vías alternativas de solución de conflictos, diferentes a la aplicación de medidas sancionadoras".
Según Heras y García (2008), la redacción de los objetivos de un plan de mediación en un centro educativo puede resumirse en:
Prevenir los comportamientos violentos e intentar utilizar la mediación escolar con el objetivo de transformar los conflictos en oportunidades educativas.
Formar en el desarrollo de estrategias y habilidades necesarias para la mediación en conflictos.
Fomentar un clima de entendimiento y diálogo entre todos los miembros de la comunidad educativa.
Una vez establecidos los objetivos, y con la aprobación del equipo directivo y el claustro de profesores, es necesario que se defina una estructura organizativa que se encargue de definir el plan de trabajo y que permita a los miembros de la comunidad educativa la participación en el plan de mediación si lo desea.
Este equipo de trabajo debe tener un coordinador, que puede ser un miembro del equipo directivo, una madre o un padre, un representante del claustro o incluso una persona que forme parte del personal de administración del centro. Para este rol sería conveniente que la persona seleccionada tuviera dedicación por el proyecto ya que se encargará de coordinar el futuro equipo de mediación formado por maestros y, posteriormente, a los alumnos que se incorporarán al proyecto.
Para llevar a cabo la mediación hay que realizar una formación previa para los integrantes del equipo de mediación. Según indica el Centro Universitario para la Transformación de Conflictos del País Vasco, existen una gran variedad de cursos de formación y materiales que pueden emplearse para este fin, pero se aconseja que el primer año en el que se forme el equipo se recurra a un experto externo, como puede ser solicitar al Centro de Formación del Profesorado de la comunidad autónoma correspondiente unos cursos de formación al inicio del año (GEUZ, 2012).
Sin embargo, tras la formación inicial se aconseja que los miembros del equipo de mediación o, de no ser posible, el coordinador del programa adquieran las capacidades y habilidades necesarias para impartir por si mismos estos cursos de formación para los siguientes años una vez se haya instaurado el plan de mediación. El centro escolar debe ser capaz de formar a sus propios mediadores sin necesidad de depender de recursos externos. Para ello se puede nombrar un responsable de formación que puede ser cualquier integrante del equipo de mediación o el propio coordinador.
La formación va a estar dirigida a todas las personas que vayan a formar parte del equipo mediador, y a cualquier otra persona que esté interesada en formar este tipo de entrenamiento. Se estima que el entrenamiento suele tener una duración de como mínimo 16 horas en educación primaria, en concreto, se va a realizar un entrenamiento inicial de 4 sesiones de 4 horas, dos sesiones por semana (2 horas los viernes y sábados) durante las 2 primeras semanas del curso.
El Centro Universitario para la Transformación de Conflictos del País Vasco propone el siguiente temario para la formación de mediadores (GEUZ, 2012):
Introducción al conflicto: definición, aspectos positivos y negativos, tipos y causas del conflicto y estilos de resolución de conflictos.
El proceso de mediación de conflictos: objetivos, principios y características.
Casos mediables y no mediables.
El análisis del conflicto.
Técnicas de comunicación eficaz: barreras de comunicación, escucha activa, mensajes asertivos, preguntas adecuadas...
Técnicas para el manejo de emociones intensas.
El proceso de mediación de conflictos: fases y tareas.
La comediación.
Estrategias para superar bloqueos en el proceso de mediación.
Ética de la persona mediadora.
Procedimiento de implementación del programa en el centro: funciones y responsabilidades de las personas mediadoras.
Una vez formados los profesores es aconsejable que se adhieran a esta iniciativa alumnos y padres/madres de alumnos que podrán recibir esta formación de manera conjunta a los profesores en años venideros. Aunque esta formación conjunta puede parecer conflictiva, la interacción de los diferentes integrantes de la comunidad educativa permite fortalecer las relaciones entre estos y fomentan la cohesión del futuro equipo de mediación a la vez que inician la mejoría del clima de convivencia del centro.
La metodología de estos cursos debe contener tanto teoría como práctica, centrándose en técnicas de dinamización y dramatización, así como actividades de pequeño y gran grupo, con el objetivo de facilitar la relación entre los integrantes de la comunidad educativa y asegurar la participación de cada uno de ellos.
Una vez terminada la formación, se procederá a la creación del equipo de mediación del centro, compuesto por los diferentes integrantes de la comunidad educativa que han formado parte de los cursos anteriormente descritos. Este equipo se debe reunir de forma periódica para valorar los casos donde se puede necesitar su participación, evaluar su funcionamiento y proponer mejoras.
En el caso de necesitar mediar en un conflicto, el equipo de mediación asignará dos miembros del equipo a este, dependiendo para esta elección de las preferencias de las personas en conflicto, las características de estas y del horario de disponibilidad de los miembros del equipo. En casos especiales puede haber un tercer miembro del equipo con el rol de observador para anotar cómo se ha desarrollado el proceso. Esta figura es especialmente útil en caso de mediadores noveles.
En Educación Primaria es aconsejable crear un espacio adecuado para la mediación. Este espacio debe tener dos sillas cada una con dos tarjetas, una con una oreja y otra con una boca para indicar quien tiene el turno de palabra y quien tiene que escuchar. De esta manera se proporciona un entorno donde los alumnos pueden hablar de forma ordenada y alternativa, argumenten sus razonamientos y expresen su visión de los hechos y sus peticiones sin ser interrumpidos. Para esta sala es aconsejable evitar espacios con connotaciones implícitas como despachos de dirección o salas de castigo. También debe distribuirse el mobiliario de la sala de forma igualitaria, buscando un ambiente acogedor, para lo cual se puede usar decoración como carteles que recuerden las reglas de la mediación.
El servicio de mediación debe darse a conocer a todos los miembros de la comunidad educativa, para ello se van a usar carteles en los paneles de anuncios y los pasillos del colegio y también un apartado en la página web del colegio. Además, dentro de la web se indicarán los componentes del equipo de mediación.
Para terminar, se debe indicar que el proyecto de mediación será incluido en el Proyecto Educativo del Centro así como en la Programación Anual de cada curso y en el resto de documentos organizativos que sea necesario.
Recursos
Para realizar esta estrategia se va a disponer de los siguientes recursos:
Cursos de formación del Centro de Formación del Profesorado para los profesores que formen parte del equipo de mediación.
Temario para la formación de mediadores.
Espacios para llevar a cabo la formación de mediadores (Se usará normalmente el colegio en horario no lectivo).
Sala de mediación. Se trata de un espacio donde debe haber dos sillas cada una con dos tarjetas, una con una oreja y otra con una boca para indicar quien tiene el turno de palabra y quien tiene que escuchar. En esta sala debe distribuirse el mobiliario de la sala de forma igualitaria, buscando un ambiente acogedor, para lo cual se puede usar decoración como carteles que recuerden las reglas de la mediación.
Carteles informativos sobre el equipo de mediación.
Apartado en la página web del colegio con información sobre el equipo de mediación.
Temporalización
Para esta iniciativa se propone la siguiente temporalización:
La estrategia se va a llevar a cabo durante todo el curso lectivo.
Entrenamiento de mediadores de 16 horas. Se va a realizar un entrenamiento inicial de 4 sesiones de 4 horas, dos sesiones por semana (2 horas los viernes y sábados) durante las 2 primeras semanas del curso.
Responsables
Los responsables de esta estrategia quedan reflejados en el siguiente listado.
Un coordinador, que puede ser un miembro del equipo directivo, una madre o un padre, un representante del claustro o incluso una persona que forme parte del personal de administración del centro.
Responsable de formación, que puede ser cualquier integrante del equipo de mediación o el propio coordinador.
Miembros del equipo de mediación.
Evaluación
La evaluación del proyecto de mediación será una evaluación continua, realizándose una evaluación en diferentes momentos del curso: al inicio del curso, al terminar cada una de las sesiones de mediación y al final del curso en forma de resumen.
Se van a evaluar los siguientes conceptos del proyecto:
Las reuniones del equipo de mediación y la organización y funcionamiento de este. Para ello se llevará a cabo un diario de reuniones y una autoevaluación con opiniones de los integrantes del equipo.
Grado de cumplimiento de los objetivos y contenidos marcados al inicio del curso.
Formación y asesoramiento de nuevos integrantes. Se realizará a través de encuestas de opinión y observación directa de los resultados obtenidos.
Difusión del proyecto entre la Comunidad Educativa. A través de encuestas y de entrevistas con los participantes en las sesiones de mediación
También será indicador de la efectividad del proyecto los cambios observables en la convivencia escolar.
Conclusiones
Como resultado de la investigación realizada es posible concluir que existe una creencia social que indica que la violencia en las aulas existe y, por tanto, debe ser tratada con el objetivo de desarrollar unos valores democráticos en los alumnos con el fin de que en el futuro se trasformen en ciudadanos cívicos y ejemplares.
A partir de la investigación realizada, se ha diseñado un programa de intervención para fomentar la resolución de conflictos y disminuir la incidencia de la violencia en las aulas. Este programa se ha centrado en ofrecer una formación a toda la comunidad educativa enfocada a mejorar la convivencia en la escuela con el fin de afrontar la violencia escolar de una forma más efectiva. Este enfoque se justifica debido al incremento de los conflictos en los entornos escolares que ha hecho necesario plantear medidas que ofrezcan una resolución y tratamiento pacifico de estos. Para ello se proponen enfoques basados en el diálogo, como pueden ser la mediación escolar y la ayuda entre iguales.
La formación realizada se ha dirigido a crear diversas estrategias encaminadas a la formación de los padres, madres, tutores y/o familias de los alumnos para hacerles partícipes en el propósito de mejorar la convivencia escolar, en el desarrollo de actitudes que favorezcan conductas positivas y la resolución pacífica de los conflictos en el alumnado y en ofrecer herramientas y estrategias al profesorado que ayuden en la gestión de los conflictos en el aula. Para más detalle, se han pormenorizado tres de estas estrategias: la primera, enfocada para padres, se trata de un programa para el uso adecuado de las redes sociales y herramientas de comunicación, en concreto la herramienta denominada WhatsApp; la segunda estrategia se ha centrado en el desarrollo de un plan de mediación y la formación del profesorado en él; y por último se ha planteado el desarrollo del proyecto "Alumno ayuda" que se basa en la idea de los sistemas de ayuda entre iguales.
En definitiva, se puede concluir que la violencia no es ajena a los centros escolares de Educación Primaria pero existen diversas herramientas y estrategias que permiten fomentar una convivencia democrática y una resolución pacífica de conflictos dentro de la escuela.
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